Tus listas de tareas están vivas. Cada día son diferentes. Con cada acción que termines, se generan nuevas.
Si tu sistema no evoluciona al mismo ritmo que lo hace tu vida, llega un día en que vuelven a tu cabeza esos bucles abiertos de temas por resolver. Un día en que dejas de utilizar tus listas porque ya no confías en ellas. Porque ya no reflejan tus compromisos reales.
Por eso el método gtd te recomienda que revises tu sistema cada semana.
Éste es el hábito que más le cuesta a la gente. En el que se cae la mayoría de las personas que usan gtd.
Si ya hiciste tu primera implementación de gtd, ya habrás experimentado la sensación de control que te da ver toda tu vida ordenada en 4 listas.
Por eso quiero que prestes mucha atención a esta clase. Hay formas de quitar fricción al proceso, de hacerlo hasta disfrutable y de volver a tener aquella sensación de control.